Los terrenos que conforman el termino municipal de Lepe vuelven a arrojar algo de luz sobre la historia geológica de unas tierras que en su momento fueron zonas marinas. El hallazgo de dos dientes de megalodón, una especie de tiburón prehistórico que se extinguió hace aproximadamente un millón de años, certifica la presencia de esta especie en la costa occidental de Huelva, mediante una investigación que acaba de culminar.
Este descubrimiento ha sido ultimado por los paleontólogos Fernando Muñiz, del Grupo de Investigación RNM 293, y Antonio Toscano Grande, doctorado del Departamento de Geodinámica y Paleontología, ambos de la Universidad de Huelva. Los restos oseos fosilizados corresponden a un animal, llamado científicamente Carcharocles megalodon, una especie extinta de tiburón que vivió aproximadamente desde hace 28 a un millón de años, durante el periodo Cenozoico, del que se han encontrado restos fósiles de dientes de hasta 17 centímetros.
Hasta ahora había evidencias de su presencia en otras provincias y en municipios onubenses del interior, pero aunque es la primera vez que se centraliza el hallazgo en la zona costera occidental, en lo correspondiente a un tramo del Atlántico que hace 6 millones de años de años cubriría el actual término municipal de Lepe.
El megalodón, como explicaron los paleontólogos Muñiz y Toscano, era un animal de unas proporciones gigantescas, ya que por las dimensiones de los dientes se han documentado ejemplares de unos 25 metros de longitud.
Los dientes hallados en Lepe corresponden a un animal de hace unos 6 ó 5 millones de años aproximadamente, del periodo geológico conocido como Mioceno, y se trata de dos piezas de unos diez centímetros de longitud, de conservación dispar y que corresponderían a una de las cinco hileras de dientes que tenía este animal.
Ahora se investiga la edad que podría tener el ejemplar en cuestión. Junto a estas piezas se han hallado otras pertenecientes a otras especies de tiburón como el martillo y de Isurus hastalis, antepasado directo del actual tiburón blanco, fósil que, curiosamente, fue hallado por casualidad por una de las hijas, de 9 años, del doctor Muñiz.
Los investigadores, según Muñiz, han certificado con anterioridad la presencia en la misma zona fósiles de ballenas, delfines, focas, animales que en potencia incluía en su cadena alimenticia del megalodón, de modo que todos los indicios han ido a concluir que este animal se encontraba en la zona como el principal dominante de la cadena trófica marina en aquella época, al igual que ocurre hoy en día con el tiburón blanco.
Muñiz señaló que tiene el propósito de realizar una exposición didáctica en centros educativos, con el fin de mentalizar a los niños de la evolución e importancia del tiburón "en la cadena trófica marina" y en la naturaleza en su conjunto.
Este descubrimiento ha sido ultimado por los paleontólogos Fernando Muñiz, del Grupo de Investigación RNM 293, y Antonio Toscano Grande, doctorado del Departamento de Geodinámica y Paleontología, ambos de la Universidad de Huelva. Los restos oseos fosilizados corresponden a un animal, llamado científicamente Carcharocles megalodon, una especie extinta de tiburón que vivió aproximadamente desde hace 28 a un millón de años, durante el periodo Cenozoico, del que se han encontrado restos fósiles de dientes de hasta 17 centímetros.
Hasta ahora había evidencias de su presencia en otras provincias y en municipios onubenses del interior, pero aunque es la primera vez que se centraliza el hallazgo en la zona costera occidental, en lo correspondiente a un tramo del Atlántico que hace 6 millones de años de años cubriría el actual término municipal de Lepe.
El megalodón, como explicaron los paleontólogos Muñiz y Toscano, era un animal de unas proporciones gigantescas, ya que por las dimensiones de los dientes se han documentado ejemplares de unos 25 metros de longitud.
Los dientes hallados en Lepe corresponden a un animal de hace unos 6 ó 5 millones de años aproximadamente, del periodo geológico conocido como Mioceno, y se trata de dos piezas de unos diez centímetros de longitud, de conservación dispar y que corresponderían a una de las cinco hileras de dientes que tenía este animal.
Ahora se investiga la edad que podría tener el ejemplar en cuestión. Junto a estas piezas se han hallado otras pertenecientes a otras especies de tiburón como el martillo y de Isurus hastalis, antepasado directo del actual tiburón blanco, fósil que, curiosamente, fue hallado por casualidad por una de las hijas, de 9 años, del doctor Muñiz.
Los investigadores, según Muñiz, han certificado con anterioridad la presencia en la misma zona fósiles de ballenas, delfines, focas, animales que en potencia incluía en su cadena alimenticia del megalodón, de modo que todos los indicios han ido a concluir que este animal se encontraba en la zona como el principal dominante de la cadena trófica marina en aquella época, al igual que ocurre hoy en día con el tiburón blanco.
Muñiz señaló que tiene el propósito de realizar una exposición didáctica en centros educativos, con el fin de mentalizar a los niños de la evolución e importancia del tiburón "en la cadena trófica marina" y en la naturaleza en su conjunto.
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