Una investigación realizada por el Instituto de Conservación Marino de California y ha sido publicada en la revista Biotelemetría animal, perteneciente aBioMed Central, pone fin a este misterio.
Se han estudiado los tiburones blancos que se encuentran en la isla Guadalupe y la Baja California y han encontrado que, tras el apareamiento, una hembra embarazada se embarca en una de migración de 2 años por el Océano Pacífico. Si la hembra no quedase embarazada, la ruta migratoria se limitaría a un año.
La ruta que siguen se divide en 4 fases:
- En la primera fase, las hembras abandonan isla Guadalupe, perteneciente a México y localizada a unos 240 Km de la península de Baja California. De aquí se dirigen a alta mar hasta alcanzar las islas Hawaii donde pasan 18 meses, la mayor parte de su gestación. El área que abarcan es mucho más grande que el área que comparten con los machos para alimentarse. De hecho, las hembras evitan estar en la misma zona de alimentación que los machos si éstos están presentes.
- En la segunda fase, se dirigen a las aguas costeras de Baja California, donde ponen sus huevos. El problema de instalar allí el nido es que están muy expuestos a su mayor enemigo, que no es otro que el ser humano (y las orcas, por supuesto). Las crías se ven muy expuestas a la pesca comercial, poniendo en serio peligro a la especie.
- En una tercera fase, las hembras regresan a isla Guadalupe pero evitando a los machos hasta que éstos están listos para reproducirse.
- Por último, comienza de nuevo la fase de apareamiento en isla Guadalupe, que puede durar hasta 4 meses y medio. De aquí vuelta a empezar con el ciclo de 2 años.
Por último, la investigación muestra que en la época de reproducción, tanto las hembras como los machos aparecen con lesiones. No está claro si se debe a la lucha por la comida de ambos pero estas lesiones serían la prueba de por qué las hembras evitan a toda costa estar cerca de los machos, salvo cuando tienen que reproducirse.
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