Los tiburones pertenecen a un grupo de peces denominados Condrictios, que también incluyen a las rayas o mantarayas y al pez gallo (también conocido como Quimeras). Si bien, en un primer vistazo, tendrían formas bastante similares en el tiempo, hoy mismo podemos ver que poseen formas tan diferentes como el tiburón ángel, el pez sierra, la manta raya, el tiburón martillo, o el extraño pez gallo. Formas muy curiosas también han ocurrido en tiempos remotos, como el insólito tiburón helicoprion con una dentadura en forma de disco de sierra que le confería una trompa de forma muy particular.
Muchos de estos grupos de peces no poseían verdaderos dientes, sino una placa dentaria constituida por una aglomeración de plaquitas que se disponían como platos arriba y abajo de la boca, con la función de aplastar el caparazón de moluscos (caracoles, ostras y mejillones, entre otros).
El año pasado un grupo de paleontólogos de argentina liderados por la doctora Soledad Gouric (paleontóloga de la Universidad de La Plata) describió las placas dentales de lo que fue un gigantesco pez gallo (o pez elefante) de 9 metros de largo que vivió en los mares de la Antártida en el periodo Cretácico (hace 70 millones de años).
Los tiburones, con los que estamos más familiarizados en las películas y en los documentales, se incluyen en un grupo denominado seláceos. En general, estos sí tienen poderosos dientes de forma triangular, dispuestos en numerosas hileras una tras otra. De esta forma, sus dientes están apoyados sobre sus mandíbulas cartilaginosas y son reemplazados de atrás hacia adelante a medida que se gastan o se clavan en sus presas más duras. Los tiburones generan centenares de dientes en su vida y los pierden en el fondo de los mares. Es por eso que es tan común encontrarlos en estado fósil (no es que encontramos un tiburón, sino que encontramos uno de sus dientes perdidos).
Los paleontólogos buscan evidencia de la vida pasada en rocas y sedimentos antiguos. En ocasiones, lo que fue en su momento un fondo marino, en tiempos modernos se eleva por las fuerzas de la Tierra y queda en la cima de las montañas. Al caminar entre sedimentos de antiguos fondos marinos es posible hallar diferentes tipos de dientes de tiburones y realizar una estimación de las distintas especies de peces que vivieron en ese momento. Las formas de los dientes de tiburones son muy diferentes, algunos tienen tres cúspides, otros muchas más como los dientes de los perros. Algunos son redondeados y pequeños otros son muy grandes. El doctor Alberto Cione de la Universidad de La Plata ha dedicado gran parte de su carrera al estudio de estos dientes.
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