Fue encontrado cerca del río Paraná, en Entre Ríos, donde penetraba el océano Atlántico hace más de seis millones de años. Podía alcanzar un tamaño al tiburón blanco actual y poseía dientes con serruchos ligeramente pronunciados.
Emanuel Pujol (Agencia CTyS) – El investigador del MLP-CONICET, Alberto Luis Cione, responsable de este hallazgo cerca de la ciudad Villa General San Martín, en el suroeste entrerriano, afirmó que este ejemplar es “el tiburón con bordes aserrados en los dientes más antiguo que se haya encontrado en el Atlántico sur”.
Solamente el gran tiburón blanco posee dientes con serrucho, diseñados por la naturaleza para cortar grandes trozos de carne de manera muy eficiente, haciendo que estos predadores de los mares se ganaran incluso el protagonismo en varias películas de Hollywood.
El surgimiento del gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) ha sido ampliamente debatido entre los paleontólogos. “Sabemos que el origen de estos antecesores inmediatos del tiburón blanco se da en el Pacífico, porque hay registros en Perú y Chile, como también en Norteamérica, pero ésta es la primera vez que se lo detecta en el océano Atlántico”, mencionó Cione.
Hay dos hipótesis sobre cómo este ejemplar hallado pudo haber llegado a la zona donde hoy está el río Paraná. “Una posibilidad es que haya pasado al océano Atlántico por el área actualmente ocupada por Panamá, porque Centroamérica y Sudamérica estaban separadas durante el Mioceno tardío y había una vía de paso entre ambos océanos para los animales marinos”.
El itsmo se comenzó a completar hace unos tres millones de años, permitiendo la migración de animales terrestres y el denominado gran intercambio biótico interamericano, al punto que el guanaco, por ejemplo, tan asociado simbólicamente a Sudamérica, tuvo su origen en el norte del continente.
Como hace seis millones de años el nivel del mar era más alto, fue posible que este tiburón de dientes semi-aserrados nadara hasta donde hoy está el río Paraná, porque en esa época la llanura pampeana y parte de Entre Ríos estaban cubiertas en gran medida por aguas saladas.
Sin embargo, también es posible que el ancestro del Carcharodon carcharias “haya cruzado al Atlántico por el estrecho de Drake, porque esos mares no eran tan fríos en esa época”, precisó el paleontólogo especializado en el estudio de los peces.
Tiburón a la espera de un nombre
Este ancestro podía alcanzar los seis metros de largo, una extensión semejante a la del tiburón blanco actual. “La especie que apareció en la localidad de Libertador San Martín, en Entre Ríos, merece un nombre específico, pero en Perú se han encontrado más ejemplares y en mejores condiciones que aquí, por lo que, por cuestiones éticas, los investigadores de allí serán los que le den una denominación; por lo pronto, yo le llamo Carcardum sp.”, comentó Cione.
Los materiales que se van encontrando y que pertenecen a distintos períodos permiten ir develando la secuencia evolutiva de las especies. En el caso de los tiburones, lo único que suele preservarse son los dientes, porque el resto de sus cuerpos son cartilaginosos.
Estos predadores tienen la característica de que cambian sus dientes de manera permanente. En un año, pueden desprender cerca de dos mil piezas dentales, que van quedando en el fondo marino y son un elemento clave para los paleontólogos.
A través de ellos, se pudo reconstruir un linaje de tres especies hasta llegar al tiburón blanco: entre el Isidus plicatilis, que es la forma más antigua y poseía dientes lisos; una forma intermedia, que tenía dientes semiaserrados, que se formó en el océano Pacífico, hace unos siete millones de años, y de alguna manera llegó a cruzar al Atlántico; y, por último, el Carcharodon carcharias, que es el tiburón blanco tal como lo conocemos ahora.
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