Debido a que la cría en cautividad es imposible tal vez por su carácter nómada, todas las medidas deben realizarse sobre las poblaciones en libertad.
Aunque no existe ninguna moratoria legal internacional contra la pesca, esta especie está ahora protegida en algunas partes de su área de distribución, como California, costa este de Estados Unidos, golfo de México, Islas Maldivas, Sudáfrica, Namibia, algunas áreas de Australia (Tasmania, Nueva Gales del Sur, Australia del Sur y Queensland), aguas israelíes del Mediterráneo y mar Rojo. El problema es que la eficacia de esta protección es cuestionable.
Curiosamente la Convención de Barcelona, España, la considera una especie amenazada en el Mediterráneo, pero casi ningún país con salida a este mar ha dispuesto medida alguna en favor de su conservación.
El Apéndice II del Convenio CITES lo incluye como especie vulnerable si no se explota racionalmente.
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