(2003) de Chris Kentis
De nuevo una película que se basa ligeramente en un suceso real que ocurrió en 1998, cuando un matrimonio decide tomarse un tiempo de tranquilidad y pasar unos días buceando. Pero la lancha que los llevaba -debido a un descuido en el recuento de la tripulación- los abandona en medio del mar completamente solos y rodeados de tiburones. Una de las novedades del film, es el hecho de que los tiburones que aparecen en pantalla son completamente reales, y que fue proyectada en el Festival de Sundance.
La película costó 130.000 dólares y recaudó en todo el mundo un total de casi 55 millones de dólares. La crítica estuvo bastante dividida a la hora de valorarla: positiva en la forma de rodar la película y el realismo, mientras que negativa por ser demasiado lenta y notarse demasiado su bajo presupuesto. Una película que, al igual que le puede pasar a muchos films, es de las que o te gusta o la odias.
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