Estas idas y venidas pueden abarcar una gran extensión geográfica, incluyendo los litorales de las islas de Hawái, California y México. Aunque se ha informado sobre machos regresando cada año a los sitios de apareamiento, hasta ahora se sabía mucho menos sobre el comportamiento de las hembras.
Michael Domeier y Nicole Nasby-Lucas, del Instituto Científico de Conservación Marina (MCSI por sus siglas en inglés), en California, han conseguido trazar mapas con los patrones de migración típicos de las hembras de tiburón blanco, usando etiquetas de radiotelemetría con enlace vía satélite.
En el estudio se constató que las hembras de tiburón blanco seguían un ciclo de migración de dos años, con cuatro fases distintas.
Primeramente, las hembras preñadas dejaban el litoral de la isla de Guadalupe, en México, y permanecían en alta mar la mayor parte de sus 18 meses de gestación (465 días como promedio). Esta área de alta mar era mucho más grande que el área de alimentación utilizada por los machos, y de hecho las hembras tendían a evitar la zona de alimentación de los machos mientras estos estaban presentes.
La segunda fase era una estancia de dos meses en las aguas costeras de Baja California, donde daban a luz.
Después de dejar esta zona, las hembras de tiburón seguían una ruta migratoria de regreso a la isla de Guadalupe, evitando a los machos hasta estar listas para reproducirse.
Por último, la fase de apareamiento en la isla de Guadalupe duraba hasta cuatro meses y medio, tras lo cual comenzaba de nuevo el ciclo de dos años.
Los resultados de la investigación han sido presentados públicamente por medio de la revista académica Animal Biotelemetry.
Michael Domeier y Nicole Nasby-Lucas, del Instituto Científico de Conservación Marina (MCSI por sus siglas en inglés), en California, han conseguido trazar mapas con los patrones de migración típicos de las hembras de tiburón blanco, usando etiquetas de radiotelemetría con enlace vía satélite.
En el estudio se constató que las hembras de tiburón blanco seguían un ciclo de migración de dos años, con cuatro fases distintas.
Primeramente, las hembras preñadas dejaban el litoral de la isla de Guadalupe, en México, y permanecían en alta mar la mayor parte de sus 18 meses de gestación (465 días como promedio). Esta área de alta mar era mucho más grande que el área de alimentación utilizada por los machos, y de hecho las hembras tendían a evitar la zona de alimentación de los machos mientras estos estaban presentes.
La segunda fase era una estancia de dos meses en las aguas costeras de Baja California, donde daban a luz.
Un ejemplar del Gran Tiburón Blanco -Carcharodon carcharias- capturado por un pescador en una pequeña embarcación. (Foto: Dwayne Meadows, NOAA / NMFS / OPR)
Después de dejar esta zona, las hembras de tiburón seguían una ruta migratoria de regreso a la isla de Guadalupe, evitando a los machos hasta estar listas para reproducirse.
Por último, la fase de apareamiento en la isla de Guadalupe duraba hasta cuatro meses y medio, tras lo cual comenzaba de nuevo el ciclo de dos años.
Los resultados de la investigación han sido presentados públicamente por medio de la revista académica Animal Biotelemetry.
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